domingo, 29 de junio de 2008

Feliz Día Morocha

A pesar de la memoria
aún nos queda el recuerdo,
mientras una se apaga,
el otro existe, cambiante
para recordar lo que vale
hasta este momento
nuestra vida pasada,
y pagar con sonrisas
todos esos buenos instantes
que espero nunca se acaben
y vengan a menudo a vernos,
para alegrarnos el día,
para bajar desde el cielo
esa iluminada sonrisa
cual sol veraniego
y que todo ilumina,
cuando en tu rostro la veo.

Pocas cosas pagan la existencia humana
como la sonrisa de alguien querido. Es una
cosa que trae un calor, seguramente afecto,
que hace que olvidemos las cargas que
arrastramos por el camino, por eso digo
que paga, porque llena de sentido el
resto de pequeñeces que nos siguen y
nos cargan, convirtiéndonos en algo
distinto. Por eso creo, en el fondo, que son
estas pequeñas cosas las que nos devuelven
al verdadero sitio.

Espero que todos y todas podáis sonreir
desde el fondo del alma hoy. Al menos una vez.
Ojalá cien, mil veces.

Mañana a ver si explico lo bonito que son los
tapices de flores.

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