domingo, 22 de junio de 2008

Desasosiego

Es como un martillo que golpea
como un tigre en tus entrañas
como un instante de calma
que pasa y escapa, y sólo ha sido
para recordarte que el trozo
de metal fundido que ahora pesa
en tu estómago, no siempre
estuvo ahí, pero que no sabes
cómo sacar. Tal vez con un fuerte
grito basta, es suficiente para
expulsar todos los demonios del alma.
Supongo que tendré que probar.
Me temo que no funcione,
qué absurdo, temerle a algo que
no sé si va a pasar.

Ando preocupado por nimiedades; tanto
es así que pienso que me preocupo por
no padecer por cosas más importantes.
La otra cara de la moneda, dejarme
arrastrar por la felicidad que contienen
las pequeñas cosas, la alegría en las
nimiedades, no trae suficiente dulzura,
resulta demasiado pasajera, y las preocu-
paciones ocupan su espacio al instante.

Tengo que escribir unos trabajos cortos
para la universidad, pero no soy capaz
de encontrar inspiración, tal vez porque
son nimiedades.

Estoy puesto en un sitio donde no encajo.
Igual me preocupo por nada, esto es, por
algo que no debiera preocuparme. Al final
el tiempo siempre nos da una explicación.

No hay comentarios: